Es una guarnición muy típica que como muchas de las recetas su origen es francés.
Sirve para acompañar cualquier plato desde carnes, hasta sopas pasando también por pescados.
El huevo tiene que quedar por fuera la clara cuajada pero por dentro la yema tiene que estar liquida. Para ello hay que hacer un remolino en el agua y tirar el huevo con seguridad y desde poca altura y dejar cocer durante 3 minutos, así el huevo al haber un remolino se enrollara la clara sobre la yema quedando todo recogido. Hay que lanzarlo y esperar sin tocarlo porque si no no se hará bien la forma.
Para realizarlo y que salga bien es muy importante seguir los siguientes consejos:
1- El agua tiene que estar siempre caliente pero nunca debe de hervir y debe estar
acidulada (sal+ vinagre).
2- Para hacer el remolino utilizar unas varillas (es más sencillo).
3- Poner el huevo en un cacharro pequeño con un poco de vinagre.
Nota: Los primeros no suelen salir bien pero no te desesperes el truco esta en seguir todos los pasos y nunca rendirse.
¡Mucha suerte!
Besos, Irene.